El traje
Si bien la novia, con su vestido blanco, sus tules, sus colas y sus velos, suele ser el centro de todas las miradas, el novio no debe ceder ante su tradicional figura de segundón y dejar de preocuparse por su atuendo. Aunque se supone que no debe saber cómo va a ser el vestido de su prometida, sí es preferible que los miembros de la pareja comenten entre ellos el estilo, para que ella no aparezca con un modernísimo traje pantalón color vainilla y él se plante en la iglesia con el tradicional chaqué, el cual, dicho sea de paso, es el traje oficial de las bodas según mandan las normas de protocolo.
Gusto por la tradición
El chaqué clásico se compone de levita negra o gris marengo, chaleco negro o gris, camisa blanca blanda y los pantalones, grises con rayas. Antes la corbata solía ser de color gris, con lunares o rayas discretas, pero ahora se puede llevar de cualquier tono y con dibujo. Los más lanzados, dentro de la tradición del chaqué, pueden decantarse por chalecos y corbatas a juego, de diseños y colores divertidos.
Cuando un novio decida vestir de chaqué, los padres de los contrayentes y los testigos también deben hacerlo, aunque a los testigos se les permite (protocolariamente hablando) llevar traje oscuro. Esta excepción también sirve para los novios, puesto que hoy en día cada vez son más numerosas las bodas en las que el traje sustituye al chaqué.
Si esta ha sido la elección, siempre es más elegante decantarse por los tonos oscuros, grises o azules, y por corbatas discretas. En cuanto a la chaqueta, la cruzada es, en principio, más de vestir, aunque hay que tener en cuenta que ensancha, mientras que la de una fila, adelgaza.
Para los atrevidos
Pero los hombres se resisten a encasillarse en el traje oscuro y poco a poco se van admitiendo ciertas licencias en el vestir. Por ejemplo, pese a que los expertos en protocolo más puristas afirman tajantemente que el esmoquin no es ni debe ser el traje de las bodas, cada vez se ven más novios con esta vestimenta. En principio, el esmoquin es un traje de fiesta nocturna, por lo que siempre es preferible reservarlo para las bodas que se celebren por la noche. Y otro consejo: aunque el esmoquin se puede llevar de diferentes colores, el clásico negro resulta el más elegante con diferencia.
Otro traje pensado para cenas de gala que también se usa en algunas bodas siempre de noche es el frac, pero no se suele utilizar mucho. Es semejante al chaqué pero con chaqueta y pantalones negros y siempre con pajarita blanca. El chaleco siempre debe ser blanco, si no quieres que te tomen por un camarero.
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Corbata o pajarita
Con el nudo al cuello
Un elemento que puede ayudar al novio a alegrarse un poco de los tristes colores oscuros es la corbata: está permitido algún estampado y dará a la vestimenta algo de modernidad. Como detalle, se puede colocar un pañuelito saliendo por el bolsillo superior de la chaqueta, pero éste debe conjuntar con el dibujo de la corbata. Para anudarla, el lazo corredizo es más sencillo y habitual, pero mejor queda el windsor, más recto y cuadrado. Lo importante es que la parte estrecha no asome por debajo de la larga y que la corbata jamás llegue más abajo del cinturón: ha de quedar justo en línea. Algunos novios prefieren la pajarita a la corbata, pero dicho adorno queda reservado a las vestimentas que requieren este tipo de lazo, el esmoquin y el frac.
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Los complementos
La elegancia comienza en los pies
Tanto para el chaqué como para el frac, existen algunos complementos que han caído en desuso, como la chistera, el bastón y los guantes. Pero no se puede dejar de prestar atención a otros complementos que resultan ineludibles: los zapatos. Con el chaqué se llevan zapatos de piel mejor de cordones, negros y sin dibujo, borlas ni colgajos variados. Con el esmoquin los zapatos han de ser de charol negro, de cordones o mocasín de salón; con el frac, también de charol negro y de cordones y nunca mocasines de salón. Con el traje, depende de los gustos del consumidor, pero puede que resulten más elegantes los de cordones, eso sí, siempre de color semejante al del traje, y con los calcetines coordinados, por favor.
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Los adornos
Siempre hace falta un toque
Hay que aprovechar una ocasión especial como ésta para utilizar una camisa de puño francés, de gemelos, en desuso hoy en día pero muy elegante, así como el alfiler de corbata. Otra joya a la que hay que prestar especial atención es el reloj: si no se tiene uno elegante, se puede utilizar la buena costumbre de los regalos de compromiso y pedirle un reloj a la novia, lo cual permitirá al novio no tener que llevar uno muy deportivo de correa de plástico que no le sentaría nada bien al chaqué. Para terminar, un pequeño detalle muy elegante y festivo es colocar una pequeña flor en el ojal, la cual siempre debe ir en consonancia con el ramo de la novia, con el mismo tipo de flores.
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