COLESTEROL: NECESARIO PERO PELIGROSO
El colesterol, que se ingiere con los alimentos de origen animal y que el organismo produce a partir de grasas saturadas, forma parte de las membranas celulares y ayuda a sintetizar la vitamina D, y las hormonas esteroides y sexuales.
Cuando se consume en exceso o no se degrada bien, su nivel en la sangre se eleva y se deposita en las arterias, formando una placa que produce arteriosclerosis y obstruye los vasos sanguíneos, elevando el riesgo de problemas coronarios.
El contenido en colesterol de la dieta no debe superar los 300 miligramos por día. Para no excederse, conviene evitar las grasas animales, excepto las del pescado azul, que son saludables.
SATURADAS, EL ENEMIGO Nº 1
Las grasas saturadas de las carnes animales (mamíferos y aves, excepto las del pescado graso), la leche y los lácteos enteros (mantequilla), los aceites tropicales (palma, palmiste, coco), son muy frecuentes en las dietas occidentales.
Estas grasas son las más nocivas para la salud: su consumo elevado puede aumentar el riesgo de padecer un infarto al aumentar el colesterol sanguíneo, y las presentes en las carnes rojas pueden elevar el riesgo de sufrir cáncer de colon.
Para recortar su consumo, conviene comer más porciones pequeñas de carne magra y queso, el pollo sin la piel, más lácteos bajos en grasas, e ingerir menos cantidad de comidas altas en grasas, como los helados de crema y la mantequilla.
TRANSGRASAS, LOBOS DISFRAZADOS DE OVEJA
Las grasas vegetales, que han sido manipuladas para que se vuelvan sólidas a temperatura ambiente, se encuentran en la bollería y los alimentos fritos industriales, las margarinas, las galletas de tipo cookie y cracker.
Las transgrasas, que parecen elevar el riesgo de ataque cardíaco, han sido relacionadas con un mayor riesgo de cáncer de mama y hay indicios de que agrandan las células adiposas, promoviendo la acumulación de sobrepeso.
Conviene ingerir los alimentos que las contienen con menor frecuencia y en menores cantidades, y lea las etiquetas de los productos elaborados para ver si contienen aceites hidrogenados, los cuales indican la presencia de grasas trans.
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