Antecedentes
Las prácticas de la aromaterapia se remontan a épocas ancestrales, mucho antes de que en el siglo XI se descubriera la técnica para destilar las plantas y sus esencias, pero finalmente renacieron en Francia en este siglo.
Hace 3 mil años antes de Cristo, los egipcios ya embalsamaban a sus difuntos mediante la utilización de plantas aromáticas, y éstas eran empleadas, además, para curar a los enfermos y para realizar tratamientos de belleza. Se sabe que produjeron toda clase de remedios extraídos de las plantas para ser inhalados, ingeridos, rociados, untados y espolvoreados.
Estos métodos también fueron utilizados por los griegos y romanos convirtiéndose en parte de su propia cultura. Sin embargo, fueron los chinos quienes a través del desarrollo de la acupuntura, lograron un vasto conocimiento y manejo en la aplicación de los aceites aromáticos.
Ellos inventaron el "Bálsamo del tigre" utilizado para tratar resfriados y dolores de cabeza. Los aceites esenciales son concentrados usados como resultado de la destilación de las plantas.
Gattefosse, padre de la aromaterapia
El término aromaterapia fue usado por el químico francés, Maurice Gattefosse, descubridor de las propiedades curativas del aceite esencial de lavanda. En sus investigaciones comprobó la importancia de los aceites esenciales para la buena circulación sanguínea y linfática y el modo en que influyen sobre el metabolismo.
A partir de 1936, Gattfosse afirma que "después de más de 30 años de experimentar, los médicos y químicos quedaron sorprendidos por los múltiples propiedades microbicidas, antisépticas, antiviricas, antitóxicas y estimulantes de las defensas de los aceites esenciales de las plantas aromáticas y de las especias de cocina. Además la gran variedad de sus funciones químicas, que actúan de forma energética y con un gran poder cicatrizante."
Recientes trabajos científicos han definido los diferentes constituyentes de las esencias (vitaminas, hormonas, antibióticos y otras substancias activas) y revelado el principio de su acción terapéutica. La aromaterapia no pretende disfrutar de una exclusividad polivalente, pero su acción desintoxicante, tonificante y reequilibradora permite asociarla con otras terapias para permitirle actuar con mayor eficacia.
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