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A diferencia de otros grupos que se hacen de rogar, el dúo catalán y su banda subieron al escenario puntuales. Desde el principio, se llevaron al público en el bolsillo. No era la primera vez que acudían a ofrecer un concierto en Pamplona, pero en esta ocasión, en vez de hacer doblete en el Anaitasuna, entraron por la puerta de los grandes, en la Plaza de toros de Pamplona. El concierto comenzó con el single que da título a su segundo y último disco Destrangis. La siguiente interpretación resultó ser también del último trabajo: Vino tinto. Con la marchosa y conocida Cacho a Cacho ya tenían a todos los asistentes, niños, jóvenes y no tan jóvenes, saltando al ritmo y "acelerando un poco más". Llegada la sexta canción, David Muñoz presentó a toda la banda. Entre ellos, el batería, un pamplonica "de los de pura cepa", con toques heavies. Pasaban las once y media y los Estopa simularon atisbos de su marcha. No podía ser, era pronto para el fin y algunas de las canciones no habían sido interpretadas. Resultó la transición a un mini concierto acústico, que proporcionó un aire renovado y fresco a canciones como El del medio de los Chichos, La raja de tu falda o Exiliado en el lavabo. Con esta última, el público realizó un "karaoke" , ya que se podía leer la letra de la canción en el vídeo, tipo cómic, que se proyectaba en las pantallas. Acabada esta nueva fase del concierto, se despidieron del escenario. Pese a que algunos de los asistentes comenzaron a marcharse, gran parte del público permaneció a la espera. No podía irse de la plaza sin escuchar en directo Me falta el aliento o Como Camarón. Un buen montaje La puesta en escena mereció un aplauso. Las luces estuvieron sincronizadas con la música e incentivaron la participación del público. En las tres pantallas gigantes que se instalaron en el escenario, se sucedían imágenes relacionadas con las canciones, con las del dúo catalán y las del público. Resultó un concierto estupendo en todos los sentidos. De puesta en escena por parte de los hermanos Muñoz y de toda su banda, de montaje en el escenario, de luces, de imágenes, y por supuesto, de las ganas del público de gozar y pasarlo bien.
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